Éste es uno de esos cuentos para leer a los niños mientras suena una musiquita... Lo descubrí dentro de la cajita musical...
DE CÓMO LOS PAPANATAS CONSTRUYERON UN AYUNTAMIENTO
Hace mucho tiempo, cuando los papanatas aún vivían en la ciudad de Papanata, decidieron construir un ayuntamiento. Puesto que querían que su obra fuera conocida en el mundo entero, tenía que ser un edificio muy especial. "Un ayuntamiento triangular haría que la ciudad de Papanata fuera más famosa que Pisa", se decían los papanatas, y en el plazo de seis semanas ya habían finalizado su obra. Para inaugurar el magnífico edificio, todos los ciudadanos se reunieron en el nuevo ayuntamiento. Se generó un gran caos. Los papanatas, confusos, no podían orientarse correctamente, hasta que alguien se dio cuenta y dijo: "¡Está todo oscuro!". Y, efectivamente, habían trabajado con tal ahínco que se les había olvidado hacer las ventanas. Pero los papanatas no habrían sido auténticos papanatas si, tras muchas reflexiones, no se les hubiera ocurrido una idea genial. "Podemos traer la luz a nuestro ayuntamiento como si fuera agua", dijo uno de ellos. "Hurra", gritaron todos entusiasmados. Y así, para llevar la luz exterior al ayuntamiento, cada uno trajo lo que tenía a mano en ese momento: cazuelas y baldes, cubos y cántaros. Un papanatas trajo incluso un saco de patatas, y así trabajaron todo el día hasta que se hizo de noche. Que cada uno se imagine si tuvieron éxito o no en su empresa.
Hace mucho tiempo, cuando los papanatas aún vivían en la ciudad de Papanata, decidieron construir un ayuntamiento. Puesto que querían que su obra fuera conocida en el mundo entero, tenía que ser un edificio muy especial. "Un ayuntamiento triangular haría que la ciudad de Papanata fuera más famosa que Pisa", se decían los papanatas, y en el plazo de seis semanas ya habían finalizado su obra. Para inaugurar el magnífico edificio, todos los ciudadanos se reunieron en el nuevo ayuntamiento. Se generó un gran caos. Los papanatas, confusos, no podían orientarse correctamente, hasta que alguien se dio cuenta y dijo: "¡Está todo oscuro!". Y, efectivamente, habían trabajado con tal ahínco que se les había olvidado hacer las ventanas. Pero los papanatas no habrían sido auténticos papanatas si, tras muchas reflexiones, no se les hubiera ocurrido una idea genial. "Podemos traer la luz a nuestro ayuntamiento como si fuera agua", dijo uno de ellos. "Hurra", gritaron todos entusiasmados. Y así, para llevar la luz exterior al ayuntamiento, cada uno trajo lo que tenía a mano en ese momento: cazuelas y baldes, cubos y cántaros. Un papanatas trajo incluso un saco de patatas, y así trabajaron todo el día hasta que se hizo de noche. Que cada uno se imagine si tuvieron éxito o no en su empresa.
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No sé por qué, al leer esta entrada la he asociado con la reciente renovada plaza de Lesseps de Barcelona. ¿La conoces? Me temo que algún papanatas de los que citas ha intervenido en ella...
ResponderEliminarEsos papanatas , tambien han estado por mi pueblo , y más de una vez. Resulta que en lugar de un hermoso teatro, con sus palcos y todo, que teníamos , ahora hay una fea finca de pisos y más cosas que ya te iré contando.
ResponderEliminarBesos.
De por sí, sólo fijándome en la historia y sin extrapolarla a la vida real, te digo que los papanatas, ya con ese nombre -mezcla de ricas papas y no menos ricas natas-, suelen atraer el éxito.
ResponderEliminarEn la Biblia se dice que nadie es profeta en su tierra, pero no se habla de los papanatas, ergo supongo que los papanatas sí tuvieron éxito en la suya.
Que a mí me gustase que tuviesen éxito o no, eso es harina de otro costal.
A mi un edifico así me produce intranquilidad... y eso que no tengo claustrofobia.
ResponderEliminarBesitos varios.
El cuento de los papanatas es estupendo, excelente post.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hace tiempo que no corro por la plaza Lesseps, la recuerdo caótica, ¿no ha mejorado?... Me debo un paseíto por la zona...
ResponderEliminarPapanatas pamplinas los hay en todas partes, me temo... Me parece un problema esa mal llamada modernidad en las construcciones actuales (materiales caducos, delirantes y poco prácticos... si hasta he visto fachadas construidas con cristales que al acercarte te desgarran la piel, y esas barandas de cristal y esos balcones con techos agujereados para que te caiga el polvo y materiales varios de los vecinos de arriba...) parece que retrocedemos...
Papanatas poéticos, geniales, también los hay... de pequeña al sentir esa palabra se me hacía la boca agua (asociándolas yo también con las papas de mis padres y la nata)... en este caso, sin duda, siempre deberá acompañarles el éxito...
Las construcciones sin ventanas también me parecen claustrofóbicas... igual que las construcciones plenas de ventanas que nunca se pueden abrir... no se puede negar la entrada al oxígeno nuevo... hay que renovar el aire y poder oler el exterior...
El cuento me llamó la atención porque yendo dirigido a los niños nos introduce a la estupidez de los mayores... y, sin embargo, tiene un cierto aire optimista y positivo...
Un placer veros asomados por aquí...
Los papanatas no serán un virus?
ResponderEliminarPorque la falta de previsión creo que es contagiosa en este mundo...
Desde luego el cuento tiene tintes de estar basado en hechos reales. Se me ocurre escribir que como dejas intuir, el afán de protagonismo y las prisas no suelen ser buenas consejeras y llevan a cosas así.
ResponderEliminarPor ser mejores, más altos y más grandes a veces hacemos cosas ridículas y cuando lo queremos arreglar, seguimos en las cosas ridículas.
El edificio sin ventanas me parece horroroso.
Un saludo.
QUE TE QUIERO, TIA.
ResponderEliminarMARIDO Y AMIGO.
Qué bonito niña,... hays!!!
ResponderEliminarEl papanatismo es una enfermedad secular e incurable... Y los edificios sin ventanas deberían estar prohibidos.
ResponderEliminarLa arquitectura, influye tanto en el entorno y en nuestras vidas que debería regularse con más sensatez. Pero está claro, que el sentido común, es el menos común de todos los sentidos...
Besos
Yandros, me temo que sí, que debiéramos aprender un montón de las hormigas...
ResponderEliminarZoe, las prisas son siempre malas consejeras y el narcisismo, el humano, también...
Anónimo, que te reconozco, yo también te quiero un montón...
Es que Anónimo, éste anónimo, es mi mariditoamigo preferido, el mejor...
Carlota, bonito y encantador... además es mago...
Cristalook, no perdamos la esperanza, quizá con el tiempo inventemos la vacuna contra el papanatismo, el sinsentido... si, al menos sabemos reconocerlo, podemos defendernos de él...
Y si tuvieron éxito? Si trajeron lo que tenían para compartir? Si encendieron un fuego e hicieron una gran cazuela de papas y la comieron juntos y rieron y se contaron secretos? No se habrá hecho la luz? No se habrán abierto las ventanas interiores?
ResponderEliminarMara y cuyá, ésa es la parte optimista y positiva que yo quería ver... y la has traído tú, con un soplo...
ResponderEliminarBesos a ti, besos a todos.