El singspiel Die Zauberflöte con música de de Wolfgang Amadeus Mozart (1756 -1791). La ópera, en alemán, está dividida en dos actos y su libreto es obra de Emanuel Schikaneder. Fue su último estreno del que Mozart dirigió las primeras representaciones, muriendo cuando la obra aún se encontraba en cartel.
La acción transcurre en el antiguo Egipto
La acción transcurre en el antiguo Egipto
...La Reina de la Noche...
(Fuente)
ACTO I.-El príncipe Tamino, tratando de escapar de una enorme serpiente, cae inconsciente. Las tres Damas, camareras de la Reina de la Noche, matan a la serpiente y salen después de escena. Cuando Tamino recobra el conocimiento, ve acercársele a un extraño personaje: es Papageno, cazador de pájaros, con un vestido hecho de plumas. Se presenta cantando un cancioncilla de estilo popular y con una flauta de Pan. Se jacta ante Tamino de ser él quien ha dado muerte a la serpiente; por esta mentira, las tres Damas, que vuelven a entrar en escena le castigan cerrando su boca con un candado. Las damas muestran ahora a Tamino una miniatura, retrato de la hija de la Reina de la Noche, Pamina, y Tamino se enamora de ella: "Die Bildnis ist bezaubernd schon" ("Este retrato es maravillosamente bello"). Cuando las tres Damas le dicen que Pamina está prisionera de Sarastro, a quien pinta como a un ser malvado, Tamino decide ir a rescatarla. Aparece entonces la Reina de la Noche y alienta el propósito del príncipe. En el quinteto que sigue, en el que intervienen las tres Damas, Tamino y Papageno, este último, que no puede hablar, solamente actúa cantando a boca cerrada. Pero ahora las tres Damas liberan a Papageno y dan a Tamino una flauta mágica que le ayudará en su propósito, y a Papageno, que acompañará al príncipe, un carillón mágico. Cuando van a marcharse, la tres Damas les dicen que tres Muchachos o Espíritus les guiarán en el camino. La escena transcurre ahora en un salón del palacio de Sarastro, en donde Pamina, allí secuestrada, está siendo importunada por Monostratos, capitán de la guardia de Sarastro, que trata de cortejarla. Papageno, que se había separado algo de Tamino, se sobresalta al verlo, pero a su vez, Monostratos también se asusta ante el aspecto del cazador de aves. Monostratos sale huyendo y Papageno asegura a Tamina que pronto va a ser rescatada por alguien que la ama; en un dueto ella dice que también él, Papageno, encontrará algún día quien le quiera: "Bei Mannern, welche Liebe Fuhlen" ("A los hombres que buscan el amor"). De nuevo cambia la escena. Los tres Muchachos conducen a Tamino a un templo con tres puertas. Desde la primera puerta una voz ordena a Tamino: "Zurück" ("Atrás") y lo mismo ocurre en la segunda puerta. Pero desde la puerta tercera sale la voz del Portavoz del Templo, quien con sus palabras despierta en Tamino un deseo de sabiduría y una sospecha sobre la Reina de la Noche. Un coro oculto le asegura que Pamina vive. Tamino tañe su flauta y escucha la respuesta de Papageno; sale rápidamente en busca de Papageno, al cual encuentra, pero son detenidos por Monostratos. Éste y su banda de esclavos van a arrestarlos, cuando Papageno, haciendo sonar su carrillón los detiene en su intento y les hace danzar. Se oye una marcha que anuncia la llegada de Sarastro y de sus cortesanos. Papageno pregunta a Pamina qué le dirán cuando sean acusados de intentar huir: "Die Warheit" ("La verdad"), responde solemnemente Pamina. Sarastro dice ahora que si retiene allí a Pamina es para librarla de su madre y que el verdadero destino de una mujer es estar bajo la guía y dirección de un hombre. Monostratos, que ha detenido a Tamino, lo trae ahora a escena, y dice a Sarastro que su vigilancia ha impedido que rapten a Pamina; pide por ello su recompensa. Pero entonces Pamina acusa a Monostratos de haber querido seducirla, por lo que la recompensa pedida se transforma en un castigo: Sarastro ordena que lo azoten. El acto termina con un coro en honor de Sarastro.
ACTO II.-Entran en escena los Sacerdotes a los acordes de una marcha solemne. Sarastro anuncia que antes de unirse en matrimonio con Pamina, Tamino debe pasar las pruebas para ser admitido en el templo. Los sacerdotes manifiestan su acuerdo haciendo sonar sus trompetas. Sarastro ruega por Tamino en el comienzo de las pruebas de iniciación: "O Isis und Osiris" ("Oh, Isis y Osiris"). Advertidos por dos sacerdotes de que deben guardan silencio y no prestar atención a las mujeres, Tamino y Papageno (que va a sufrir una iniciación menos rigurosa que la de Tamino) se encuentran con tres Damas, pero las ignoran, cumpliéndose así, positivamente, la primera fase del ritual. La escena se traslada ahora al lugar donde descansa Pamina. Monostratos, lleno de excitación, se acerca a ella, cuando aparece la Reina de la Noche y entrega a su hija una daga con la comisión de dar muerte a Sarastro. De este modo se cumplirá "la venganza del infierno" ("Der Holle Rache"). La Reina de la Noche desaparece. Entra nuevamente Monostratos, con sus pretensiones sobre Pamina, pero llega Sarastro y lo arroja de allí. Pamina pregunta a Sarastro por qué no toma venganza de su madre la Reina de la Noche, a lo que él contesta que en aquel feliz lugar no hay cabida para tales pensamientos ("In diesen heil'gen Hallen"). Tamino y Papageno esperan ahora el nuevo estadio de su iniciación. Papageno se encuentra con una anciana que le dice que es su prometida Papagena. Aparecen en escena los tres Muchachos y devuelven a Tamino su flauta mágica y a Papageno su carillón encantado. Sale Pamina y cuando Tamino, cumpliendo lo ordenado, rehúsa hablar con ella, la joven, que no conoce la prohibición, entona una canción en la que se lamenta tristemente: "Ach, ich fühl's" ("Ay, yo siento"). Sarastro dice a Tamino y a Pamina que se despidan para siempre. Papageno, por su parte, busca a alguien a quien amar "Ein Madchen oder Weibchen wünscht Papageno sicht" ("Una jovencita, una mujercita"). Aparece de nuevo la anciana y cuando ha logrado que Papageno le jure serle fiel se transforma en una bella joven, vestida de plumas como él. Pero un sacerdote le impide seguirla, porque aún no ha superado las pruebas. En un jardín, los tres Muchachos cantan simbólicamente al amanecer. Pamina, angustiada por el aparente abandono de Tamino, piensa quitarse la vida, pero los Muchachos se lo impiden. Dos sacerdotes, cantando un coral solemne, vigilan la última etapa de la iniciación de Tamino, la prueba del fuego y del agua, a la que se unirá Pamina. La flauta, que tañe Pamino, les ayudará a salir airosos de la prueba. Papageno, frustrado, piensa cómicamente en el suicidio cuando los Muchachos le sugieren que haga sonar su carillón mágico; lo hace así y al final encuentra a su bella prometida. Su cómico, tartamudeante encuentro, se plasma en un dueto que comienza: "Pa-pa-pa-pa (¡cuarenta y ocho veces!) -geno". La Reina de la Noche intenta, una vez más, derrotar a Sarastro con la ayuda de sus Damas y de Monostratos, que reaparece en la oscuridad. Pero la fuerza de la luz los arroja de allí; bajo la benevolente protección de Sarastro, la Belleza y la Sabiduría serán coronados para siempre.
Veo que te gusta la Ópera ¿Vas por el Leceu? Yo soy un ignorante de este género...
ResponderEliminarSaludos
Yo también ignoro mucho... pero es fascinante y mágico descubrir una que te guste de verdad... Puccini, Verdi, Mozart, Bizet, Wagner, por mencionar algunos, nos dejaron hermosos legados... y aunque no siempre estoy de acuerdo con las tramas me puede la música... Existen arias bellísimas y contamos con grandes voces...
ResponderEliminarNo, nunca he ido al Liceo pero lo he imaginado más de una vez... La ópera la descubrí en la tele, en el canal 33 y en la 2...
Saludos...