SOLO Y SIN AZÚCAR




Por el año seiscientos vivió en Etiopía un pastor llamado Kaldi. Cierto día que cuidaba su rebaño de cabras notó que los animales desarrollaban una conducta extraña. Nerviosamente iban y venían, subían y bajaban, en un estado de agitación que se prolongó todo el camino de regreso y persistió durante una noche, que se volvió interminable. Sólo a la mañana siguiente el rebaño pareció calmarse y fue así como siguió con mansedumbre al amodorrado pastor hasta las zonas de pastura. Hasta que unas cerezas tentadoras detuvieron su paso, y luego de mordisquearlas,las cabras retomaron su conducta nerviosa del día anterior. Kaldi observó las plantas que aparentemente habían causado el cambio en su rebaño y probó con cautela una hojita y un fruto. Lo primero que percibió fue que no se trataba de un arbusto de cerezas, y que el sabor no era tan agradable como el que esperaba. Pero también sintió que el cansancio producido por la larga noche de insomnio se había desvanecido y era remplazado por una energía que lo impulsaba a la acción.
Kaldi tomó consigo unas ramas florecidas y encabezó la marcha hacia un monasterio que se encontraba a pocos kilómetros. A paso vivo lo seguía su rebaño. Al llegar a la casa religiosa, el pastor fue introducido a presencia del Abad, mientras sus animales quedaban al cuidado de unos desorientados monjes.Informado del descubrimiento, el Abad llevó a Kaldi a la cocina, y prudentemente hirvió una rama con algunos frutos rojos. Pero cuando probó el gusto de ambos, le pareció tan desagradable que en un impulso arrojó el atado entero sobre el fuego. La cocina se vio invadida de un aroma delicioso que indujo al Abad a hacer una nueva prueba. Tomó el fruto tostado y preparó una infusión que, con su perfume cálido atrajo a un grupo de monjes a la cocina. Así nació el café, de Etiopía al mundo; probado por unas cabras, descubierto por un pastor, tostado por un Abad, celebrado por unos monjes, que nunca pudieron imaginar que ese enérgico sabor se seguiría prolongando durante siglos.


http://www.encuentos.com/leyendas/la-leyenda-del-cafe-leyendas-de-etiopia-leyendas-del-mundo/

11 comentarios:

  1. Sin café no soy nadie, y acabo de descubrir que le debo mi personalidad a las cabras.
    Todo empieza a cobrar sentido ahora...

    Una sonrisa, te invito a un café.

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  2. Bonita historia. Me gusta el café sin azúcar, pero procuro no tomarlo por la noche. No me gusta descafeinado...

    Besitos con aroma de cafetal abisinio (Mi hijo ha estado este verano por ese país)

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  3. Me gusta , corto y muy fuerte .

    Anda fijate , mira que tener que probarlo las pobres cabritas ...


    Besossss hermosa .

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. El era mi crema y yo era su café. Y cuando nos ponías juntos, era algo realmente especial.
    Esto es de Josephine Baker pero cuando pienso en ti, seria capaz de escribirlo yo.

    102.

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  6. EL TAL KALDI ERA UN PRINGAO, DESCUBRE EL CAFE Y EN VEZ DE MONTARSE UN TOSTADERO Y LLAMARLO
    POR EJEMPLO "NESCAFE" VA Y SE LO REGALA A LOS CURAS... ¡¡¡PRINGAO!!!
    102 PA TI, PAL PRINGAO NI UNO.

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  7. Yo es que soy adicta a la teína (la cafeína me produce taquicardia)

    Besos (nada acelerados)

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  8. Indagando sobre el café leo en wikipedia sobre las batallas que tan deliciosa bebida ha debido afrontar a lo largo de su historia. Prohibido por imanes ortodoxos y conservadores, rechazado por sectores protestantes, prohibida su difusión por terratenientes (áteos?), calumniado por sacerdotes católicos, bautizado por papas...

    Para mí, como ya dije al principio: Solo y sin azúcar. Sin nervios ni insomnios...



    Darthpitufina, muy bueno tu café. Cómo negarme a tu invitación: nací cafetera o quizá desarrollé mi devoción con el tiempo. Te invito a otro...

    Besos tostados!!!



    Luis, no puedo negarme a mi cafecito de la noche, no dormiría tan agusto sin él...
    Buen viaje el de tu hijo, nos contará alguna aventura?

    Besos doblados!!!



    Carlota, leo también en wiki que las tribus africanas, que conocían el café desde antiguo, molían sus granos y elaboraban una pasta utilizada para alimentar a los animales y aumentar las fuerzas de los guerreros.
    Veo que no especifica qué animales, ni conozco sus efectos en ellos, peeeero...

    Besos cortos y fuertes, princesa!!!



    Groucho, me gusta esa frase. Nos la quedamos. Pero sé que tú, mi cafetal, eres capaz de inventar más...

    102 muy estimulados. Luego te cuento!!!

    P.D.: Quizá Kaldi eligió ser leyenda...



    Jordi, para gustos se hicieron los colores... peeeeeeeeero, a que te gusta la coca-cola?

    Besos en la nariz!!!



    LqS, habría puesto la mano en el fuego por ese té. Por qué será? Tendré un poder?

    Besos con gusto a café!!!

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  9. Bonita leyenda...y qué rico el cafecito amargo que estoy bebiendo ahora mismo...

    Y qué pena, cuánta tierra arrasada en América por los cafetales...Brazos baratos para el café, titula Galeano su capítulo en Las venas Abiertas de América Latina.

    Juan Valdez sonríe en los avisos, pero la atomización de la tierra abate el nivel de vida de los cultivadores de ingresos cada vez menores y facilita las maniobras de la Federación Nacional de Cafeteros que representa los intereses de los grandes propietarios y que virtualmente monopoliza la comercialización del producto. Las parcelas de menos de una hectárea generan un ingreso de hambre: ciento treinta dólares, como promedio, por año.. E. Galeano

    A propósito del cultivo en Colombia, pero que no difiere de cualquier otro país de latinoamérica, ni tampoco si se trata de café, algodón, azúcar, yerba mate, tabaco, etc.

    Bueno, perdón, perdón...qué se le va a hacer...disfrutemos un cafecito.

    Besos muy aromados, volando en el humito de la taza...

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  10. Hurgando, escarbando o arañando en superficie, bajo cualquier pequeño placer hallo/hallamos los abusos que aquí denuncias.

    No entiendo en nombre de qué o para qué el hombre se torna bestia insaciable y ostentosa... que siempre a costa de unos, otros vanos y malcarados lustran en exceso sus zapatos...

    No deberíamos olvidarnos del arte de la zancadilla, milagroso frente a los gigantes despiadados incapaces de mirar al suelo.
    Pero, la historia se repite una vez y otra vez y otra...

    Hablemos, disputemos, solucionemos... en torno a un cafecito...

    Te eché en falta mara, tanto que dejé madurando unos besos, que corrieron en cuanto les salieron patas. Me parece que ya cruzaron el ancho mar...

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